La distribución de imágenes de contenido sexual con menores parece un
fenómeno creciente en muchos países del mundo. Sólo en los dos últimos
meses Policía Nacional y Guardia Civil han implicado a 50 jóvenes en
distintos episodios de ‘sexting’, el envío de contenidos eróticos o
pornografía a través del celular e internet en España.
Las últimas estadísticas arrojan un leve descenso en la media de inicio
de las relaciones sexuales, aunque lleva tiempo situándose en torno a
los 15 años de edad.
Los estudios sociológicos más recientes dibujan una juventud ligeramente
más precoz y menos conservadora en sus prácticas sexuales. El cambio no
parece radical, pero los expertos recomiendan prestar atención a los
efectos que puedan tener en los jóvenes «las nuevas tecnologías y la
pornografía».
Echando mano del informe español más reciente sobre comportamiento
sexual de los jóvenes -publicado en 2013 y en el que se entrevistó a
2.225 menores- se descubre que uno de cada cinco adolescentes en España
ha vivido ya una experiencia sexual completa.
El autor del estudio, José Rodríguez Carrión, destaca que supone un
problema el «desconocimiento profundo» que tienen sobre los riesgos a la
hora de practicar sexo. «La única enfermedad de transmisión sexual que
reconocen es el SIDA, ni la sífilis ni la gonorrea…». Además, el número
de embarazos no deseados en adolescentes no deja de aumentar.
Pornografía con un click
Psicólogos clínicos e investigadores sociales alertan que la pornografía
podría estar haciendo que los jóvenes vean cada vez más a las chicas
como objetos sexuales y que se animen a imitar los comportamientos que
han visto.
La forma de consumir pornografía ha cambiado. En una generación, se ha
pasado de compartir con los amigos las revistas eróticas que escondían
los padres a ‘wasapear’ (utilizar la aplicación WhatsApp) vídeos
sexuales de alto voltaje descargados en un click. El 68 por ciento de
los varones accede a porno por internet. Las hembras son menos
aficionadas: 32 por ciento.
Jorge Flores, director de Pantallas Amigas (fundación que promociona el
uso seguro y saludable de las nuevas tecnologías) constata que los
jóvenes españoles tienen un acceso cada vez más temprano a los
contenidos sexuales a través de internet.
Si al gran consumo de pornografía se añade el fácil acceso a un terminal
de telefonía -en España dos de cada tres menores de 10 a 16 años posee
un celular propio- a los expertos no les sorprende el auge del ‘sexting’
adolescente.
«Los jóvenes imitan lo que hacen los mayores. Están viendo en sus
computadoras un tipo de porno casero o en grupo. Lo practican, se
graban, y lo distribuyen a través de sus celulares, cada vez más
potentes y con tarifas planas. Y sin el control de los padres, incapaces
de vigilar el flujo de información de los dispositivos de sus hijos»,
describe Flores.
Similitud con Venezuela
En Algete, municipio al norte de la Comunidad de Madrid, España, el
pasado mes de abril la unidad policial de asuntos de menores -a cargo de
Raquel Sevilla- recibió información de que circulaban de teléfono móvil
a teléfono móvil unas fotos sexualmente explícitas de varias vecinas
menores de edad, tomadas por ellas mismas, pero distribuidas sin su
consentimiento.
En su mayoría, las jóvenes abochornadas reconocen que les han arruinado
la vida. Los padres, tras constatar la evidencia, solo demandan
orientación sobre cómo afrontar lo sucedido. Las imágenes incluían
desnudos parciales, integrales y masturbaciones. Fueron enviadas de
manera voluntaria, hasta cierto punto.
Hace unos años, en Venezuela ocurrió una situación similar. Se
distribuyó por internet un video de una jovencita practicando sexo oral a
compañeros del colegio y de grados superiores. Lo que hacía más grave
el asunto, era que el acto se realizó dentro de las mismas instalaciones
del liceo con un teléfono celular.
Si bien es cierto, que el escándalo se generó a través del internet y
que las autoridades no tuvieron mayor parte en esto, el estado
espiritual de esos niños y de los niños en Algete es el mismo. El daño
ocasionado a la joven y a sus familiares ha podido evitarse teniendo una
educación sana, con principios y valores arraigados.
Para Flores de Pantallas Amigas, si se escarba en el motivo se
encontrará «presión de la pareja, del grupo, búsqueda de notoriedad y
falta de percepción de riesgo», lo mismo que en el caso de Venezuela,
pues sólo por tener amigos, la joven complacía los requerimientos
atroces del varón.
Las autoridades de Algete se cuestionan si las charlas y conferencias
que se le dictan a los padres sobre estos temas, ayudan en algo, puesto
que la asistencia de quienes deberían estar más preocupados por sus
hijos, es mínima.
Lo mismo ocurre en este país, los padres no sabe qué hacer porque están
‘muy ocupados’; pues es allí cuando la Iglesia de Cristo se levanta para
enseñar y arraigar los valores de la Biblia en los niños, adolescentes,
adultos y ancianos, pues para Dios no hay acepción de personas y todos
merecen conocerlo para llegar a tener vida eterna en Cristo Jesús.