Noviazgo Puros

La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios; y que nadie perjudique a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya les hemos dicho y advertido. Dios no nos llamó a la impureza sino a la santidad; por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre sino a Dios, quien les da a ustedes su Espíritu Santo. 1 Tesalonicenses 4:3-8

Marta Morales, consejera cristiana, especialista en matrimonios y parejas, brinda una serie de pautas para decirle NO a la tentación, glorificar a Dios con el cuerpo y mantener una relación en santidad.

1- La pureza ayuda a tener una buena comunicación con tu pareja

Cuando una pareja vive la abstinencia sexual, su comunicación es buena porque no se centran solamente en el placer sino en la alegría de compartir puntos de vista y vivencias, además, sus conversaciones son más profundas. Por el contrario, la intimidad física es una forma fácil de relacionarse, pero desagrada a Dios. Orar juntos ayuda a no caer en la tentación.

2- Crece el lado amistoso de tu relación

La cercanía física puede llevar a que los adolescentes piensen que están emocionalmente cercanos, cuando en realidad no lo están. Una relación romántica consiste esencialmente en cultivar una amistad, y no hay amistad sin conversación y sin compartir intereses. Algunos jóvenes se dejan llevar por las pasiones y cuando se conocen en profundidad, se desencantan. ¡Mucho cuidado con esto! No eches a perder tu pureza.

3- Hay mejor relación con los padres de familia de ambos

Los novios que viven la pureza se relacionan más cordialmente con los padres de familia propios y de la pareja porque no sienten culpa, ni hay nada que esconder.

4- Se es más libre para cuestionar si ese noviazgo te conviene

No cabe duda que las relaciones sexuales tienen el poder de unir a dos personas. Cuando se hacen fuera del matrimonio, la persona queda “atrapada” en un círculo vicioso. Salir de allí es muy difícil. Cuando nada sexual ata a la pareja, es más fácil romper el vínculo afectivo, pues la intimidad física se mantuvo pura.

5- Se fomenta la generosidad contra el egoísmo

Las relaciones sexuales en el noviazgo, invitan al egoísmo y a la propia satisfacción, inclinan a sentirse en competencia con otras personas que puede resultarle más atractivas a la propia pareja. Se fomenta la inseguridad y el egoísmo pues, empezar a entrar en intimidades, invita a pedir más y más. Recuerda que el diablo anda como león rugiente para tentarlo y dejar huellas imborrables en su área sexual.

6- Hay menos riesgo de abuso físico o verbal

El sexo fuera del matrimonio se asocia a la violencia y a otras formas de abuso. Son comunes las agresiones físicas, los celos y el egoísmo. Las parejas puras, en cambio, tienen ese temor de Dios que se refleja en respeto y amor.

7- Aumenta el repertorio de modos de mostrar afecto

Los novios que viven la abstinencia encuentran detalles “nuevos” para mostrar afecto; cuentan con ingenio para pasarla bien y demostrarse mutuamente su interés. La relación se fortalece y tienen más oportunidad de conocerse en cuanto a su carácter, hábitos y en el modo de mantener una relación pura y agradable a Dios.

8- Es posible triunfar en el matrimonio

Investigaciones han demostrado que las parejas que han cohabitado tienen más posibilidades de divorciarse que las que no lo han hecho. Cuando la santidad es protagonista y en la relación se cumple la perfecta voluntad de Dios, ese noviazgo es bueno, agradable y perfecto ante los ojos de Dios. Ten la certeza que tu matrimonio será triunfador y ejemplar.

9- Si se decide “romper” esa relación, dolerá menos

Cuando no se han tenido relaciones íntimas, y deciden separarse, la separación es menos devastadora. Recuerda que Dios es restaurador y te preparará para la persona ideal que Él tiene para ti.

10- Se sienten mejor como personas

Los adolescentes sexualmente activos, frecuentemente pierden autoestima y admiten vivir con culpas. Cuando deciden dejar de lado la intimidad física y vivir castamente, se sienten como nuevos y crecen como personas. ¡Con el sexo no se juega! Cuando alguien lo presione, piense en lo que va a responder: “Sólo te lo pido una vez, y no insistiré más”. “Eso es justo lo que me preocupa. Prefiero conservarme para alguien que me va a querer toda la vida”.

Al hablar de pureza sexual...

Muchos jóvenes presionados por el mundo, deciden comenzar una sexualidad prematrimonial y se escudan en el amor que tienen a su pareja para bendecir la unión carnal. Esto no es cierto, quien ama, sabe esperar. Luis Palau en su libro ¿Con quién me casaré?, aconseja a las parejas sobre el tema: “Dios en su amor ha establecido límites para nuestra protección. Cuando el Señor nos impone restricciones, lo hace para nuestro bien. La medida divina de la pureza en las relaciones interpersonales, lejos está de ser anticuada, aun cuando vaya contra la corriente de pensamiento de nuestro mundo «civilizado».

No permitas libertades en tu noviazgo de las que más tarde te arrepentirás. El Dios de amor te dice Consérvate puro. (1 Timoteo 5:22). Puro de pensamiento y de conducta. Eso te hará feliz. Desarrolla convicciones bíblicas en las relaciones con personas del sexo opuesto. Solo entonces podrás disfrutar de la satisfacción que proviene de una relación centrada en Cristo y mantenida dentro de sus sabios límites de amor”.

El Dios de amor te dice: consérvate puro. 1 Timoteo 5:22
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