Primeramente definiremos el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer mediante un compromiso legal y/o eclesiástico dentro del cual las partes convienen y se comprometen en guardarse exclusivamente el uno para el otro y en brindarse amor y apoyo mutuo. Dios definió en pocas palabras esta unión en la Biblia en el libro de Génesis capítulo 2 versículo 24 diciendo: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Más adelante Jesús nos reafirma esta definición en el libro de Mateo capítulo 19 versículos 5 y 6 diciendo: “y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”.
El matrimonio es la única estructura diseñada por Dios en donde el hombre y la mujer pueden llegar a ser “una sola carne” y llegar a sellar este pacto teniendo relaciones sexuales. Muchos podrán pensar que la Biblia fue escrita hace mucho tiempo y que lo que Dios determinó y definió ha perdido validez o eficacia a través del tiempo sin embargo, hay una verdad y es que Dios es el mismo SIEMPRE! Dios es sabiduría y conoce los tiempos ya que él los creó.
La televisión, el cine y en términos generales, los medios de comunicación venden el sexo como una demostración natural de amor entre dos personas que se aman, y esto sin discriminación de sexo, cultura o edad. Observamos como en las películas, telenovelas o series de televisión, los artistas principales sellan su laso de amor al llegar a la relación sexual. Este no es el orden que diseñó Dios. Nuestro nivel de aceptación ha llegado a tal punto que, mientras observamos las escenas generalmente nos encontramos, muchas veces sin darnos cuenta, esperando que el encuentro sexual se dé entre estos personajes, y hasta terminamos diciendo “que película tan hermosa”.
Sin embargo, la Biblia nos dice en Colosenses 3:5-6 “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia”. Es un mandamiento expreso… no hace excepciones! El amar apasionadamente a esa otra persona, o el que ésta persona sea tan bella o, a nuestro parecer, tenga un corazón hermoso y demuestre y profese amor hacia nosotros, no nos faculta para tener relaciones sexuales fuera del matrimonio.
Dicho de modo más explícito, si no estás casado, el sexo no está diseñado para ti. Si estás casado, el sexo está instituido para que lo disfrutes única y exclusivamente con tu cónyuge… y, si hoy día estás envuelto en fornicación, la Biblia te exhorta en 1Corintios 6:18 “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca”.
Dios es bueno… Dios es misericordioso. Él nos ama y diseñó el mundo y lo que en él habita sabiendo cuáles eran y serán nuestras necesidades. Si estás en pecado, no peques más. Si lo estás pensando, huye. Tarde o temprano descubrirás que hay promesa para aquel que obedece los mandamientos de Dios y que además hay un pago para aquel que decide desobedecerle.
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